Comienza un nuevo capítulo: abrazando el viaje de construir Baja Pescador
Hoy nos encontramos en el umbral de un nuevo capítulo en la historia de Baja Pescador. Al haber adquirido un terreno en el sereno e imponente BoLA, un lugar donde el mar besa al desierto, nos invade un profundo sentimiento de gratitud y emoción. Esta tierra es más que un espacio físico; es la base sobre la que construiremos un legado de comunidad, conservación y propósito.
Gratitud: El comienzo de nuestro viaje
En la Biblia se nos recuerda que debemos dar gracias en todas las circunstancias, y hoy, nuestros corazones están rebosantes de gratitud. Esta tierra es un regalo, una bendición que no tomamos a la ligera. Representa la culminación de los sueños, el trabajo duro y la creencia inquebrantable de que podemos crear algo significativo. Al pisar esta tierra, reconocemos que todo lo que tenemos y todo lo que construiremos es por la gracia de Dios. Nuestro primer paso es el de dar gracias, al dedicar esta tierra a un propósito superior, uno que va más allá de nuestras aspiraciones individuales.
Dedicación: Consagración de la tierra para un propósito superior
Este regalo conlleva una responsabilidad. Así como los israelitas dedicaron las primicias de su tierra a Dios, nosotros también debemos consagrarla. Recorremos sus límites con una oración en los labios, pidiendo guía y bendición. Esta tierra no es sólo para nosotros; es para la comunidad a la que serviremos, para el océano que protegeremos y para las generaciones que se beneficiarán del trabajo que comenzamos hoy.
Al dedicar esta tierra, nos comprometemos a utilizarla de maneras que honren su belleza natural y las vidas que tocará. Es un encargo sagrado, un lugar donde la obra de Dios y las manos humanas se unirán para crear algo duradero y bueno.
Mayordomía: Buscando la voluntad de Dios en cada paso
A medida que avanzamos, reconocemos la importancia de buscar la voluntad de Dios en cada decisión que tomamos. Proverbios nos enseña a confiar en el Señor con todo nuestro corazón y no apoyarnos en nuestro propio entendimiento. Esta tierra es un lienzo en blanco y, aunque tengamos planes y visiones, debemos permanecer abiertos al camino que Dios pone ante nosotros.
El trabajo que tenemos por delante no consiste únicamente en construir estructuras o cultivar la tierra; se trata de alinear nuestras acciones con un propósito superior. Somos administradores de esta tierra, a quienes se nos ha confiado la responsabilidad de cuidarla, nutrirla y asegurarnos de que sirva a un bien mayor. Esto significa adoptar prácticas sustentables, construir con intención y considerar siempre el impacto de nuestras acciones en la comunidad y el medio ambiente.
Trabajo: aceptar con alegría el trabajo que tenemos por delante
Hay mucho trabajo por hacer y no será fácil. El Génesis nos dice que Dios puso al hombre en el Jardín del Edén para que lo trabajara y lo cuidara. De la misma manera, nosotros estamos llamados a trabajar en esta tierra, para transformarla en un lugar de refugio, aprendizaje y alegría. Esta es la obra de Dios, una obra que requiere dedicación, paciencia y perseverancia.
Pero en este trabajo encontramos alegría. Hay algo profundamente gratificante en poner nuestras manos en el arado, en ver los frutos de nuestros esfuerzos tomar forma ante nuestros ojos. Cada poste que colocamos, cada semilla que plantamos, cada estructura que construimos es un paso hacia la realización de la visión de Baja Pescador. Y en cada paso, se nos recuerda que este trabajo no es sólo para hoy, sino para el futuro, para las generaciones que vendrán después de nosotros.
Servicio: Construyendo una comunidad que refleje nuestros valores
Nuestro viaje no se trata solo del desarrollo físico de esta tierra; se trata de construir una comunidad que refleje los valores que apreciamos. Levítico nos enseña a dejar los límites de nuestros campos para los pobres y los extranjeros, recordándonos que nuestro trabajo siempre debe beneficiar a los demás. Al establecer Baja Pescador, lo hacemos con la intención de servir, ya sea a través de esfuerzos de conservación, brindando un espacio para el descanso y la reflexión o apoyando a los pescadores locales y sus familias.
Imaginamos un lugar donde las personas se reúnan, donde puedan conectarse con la naturaleza, entre sí y con algo más grande que ellos mismos. Baja Pescador será un faro de esperanza, un lugar donde el amor por el océano, el respeto por la tierra y el cuidado de la comunidad se unen en armonía.
Reflexión: El camino por delante
Al emprender este viaje, sabemos que es solo el comienzo. Los meses que vienen estarán llenos de desafíos y triunfos, con momentos de duda y estallidos de inspiración. Pero a pesar de todo, nos mantendremos firmes en nuestra misión, confiando en que el trabajo que hacemos está guiado por la mano de Dios y dará frutos a su debido tiempo.
Te invitamos a que nos acompañes en este viaje. Ya seas parte de nuestra comunidad local, un simpatizante que viene de lejos o simplemente alguien que comparte nuestros valores, agradecemos tus oraciones, tu apoyo y tu participación. Juntos, construiremos algo hermoso: un lugar donde el espíritu de Baja Pescador pueda florecer, donde se respete la tierra, se aprecie el océano y se eleve a la comunidad.
Conclusión: Comienza un nuevo capítulo
Hoy celebramos la adquisición de esta tierra, no como un fin, sino como un comienzo. Estamos emocionados, agradecidos y listos para ponernos manos a la obra. El camino que tenemos por delante es largo, pero lo asumimos con el corazón abierto, sabiendo que el trabajo que hacemos aquí tendrá eco mucho más allá de los límites de esta tierra. Esta es la obra de Dios y nos sentimos honrados de ser parte de ella.
Bienvenido al nuevo capítulo de Baja Pescador.